lunes, 6 de octubre de 2008

La crisis de los 30

Ultimamente descubro ciertos traumas o conflictos en personas cercanas a los treinta o ya en ellos: La soledad.
X está solo. Tiene 30 años recien cumplidos. terminó hace unos años una relación que duró unos 4. Quiere enamorarse y convivir con su verdadera media naranja. Como no sabe quien es, busca incesantemente en cuanto lugar se la imagina que puede llegar a estar, lo probable es que tenga que dejar que llegue sola. Mientas tanto hace y deshace amistades nuevas, viejas, recicladas, usadas, prestadas, conocidas y desconocidas. Termina los fines de semana con gente que no conoce en su casa y de quien cree que puede llegar a formarse una amistad. Se divierte el sábado a la noche, la pasa bien el domingo a la tarde, y se pone a llorar los lunes a la noche: no, no es la mitad de su ácido cítrico. A ver a cuál de los contactos del msn le toca el próximo fin de semana. Tiene 5 días para descubrirlo.
Y está de novio hace 3 años. Él tiene 32, ella 24. Él se enamoró y cree que es la mujer de su vida, con la que se tiene que casar, tener hijos lindos, perros pequineses, gatos siameses y eyaculaciones precoces. Está convencido de que su etapa America Gigoló ya terminó. Ella recien terminó la facu, quiere divertirse, pasarla bomba y que alguien la lleve en auto a su casa todas las noches.
Nuestro amigo Y, consciente de ello necesita un alejamiento, un aclarar de ideas y tomar decisiones. Conoce gente, se divierte pero... coje con otra y siente culpa: está verdaderamente enamorado de la pendeja de mierda que lo usó y que piensa seguir usandolo. Entonces la llama y le pide volver pero ella histeriquea. ¿Típico?
Son dos casos en los que el fín pareciera ser no quedarse solo. Deberíamos darnos cuenta de que nunca estamos solos, debiéramos poder ver más allá y disfrutar cada etapa, con o sin alguien.

No hay comentarios.: